El Blog de la CEFH

Este es un medio libre y sin censura, donde tanto los Estudiantes, Profesores y Funcionarios de la Facultad de Filosofía y Humanidades UCH pueden exponer sus opiniones sobre temas de interes, tanto nacional como de la comunidad.

Ten en cuenta que lo que vas a leer NO REPRESENTA EL PENSAR DE LA ASAMBLEA DE FILOSOFIA Y HUMANIDADES, pero que si son las opiniones individuales de sus miembros, que ayudan a formarlo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

La democracia limitada

Lucas Miranda Baños. Estudiante pregrado Filosofía de la Universidad de Chile -Artículo réplica a "Respuesta a la democracia que necesitamos" de Franscisco Díaz -Se hace alusión al texto original del autor "La democracia que necesitamos" Pretendo hacerle una contrarréplica a Francisco por distintas razones.  Primero, porque sitúa la discusión en torno a la dicotomía entre democracia representativa y directa en un plano que no desarrollé por cuestiones de fondo y no por simple descuido. Segundo, porque en ese plano defiende afirmativamente una democracia representativa que subsume en última instancia a los movimientos sociales en la lógica de la política burguesa. Por último, una explicación de qué era lo que pretendía cuando detectaba en los conceptos de Nadine una “ascendencia liberal”. En la línea de lo primero, debo decir que no pretendía considerar la democracia representativa en tanto que forma política del Estado chileno como una barrera a las demandas del movimiento estudiantil. Es, ciertamente, una barrera pero no la que interesaba destacar a la hora de posicionar la dicotomía entre democracia directa y representativa. Yo reivindiqué la democracia directa como forma de organización de un movimiento social en lucha contra los intereses estructurales del capital, en específico, en el ámbito de la educación; no buscaba, en ese momento, defenderla en tanto forma de organización de una sociedad particular; si esto último hubiese sido mi objetivo, venía al caso analizar la forma específica de la democracia representativa del Estado chileno. Reconozco que algunos de los ejemplos que di, como el de Atenas y el de la sociedad mercantil de Constant podían hacer entender lo segundo, no así los ejemplos de las distintas luchas desde la comuna de París hasta mayo del 68’. En todo caso, aun en los ejemplos “poco afortunados” me interesaba destacar el elemento dinámico-histórico de las luchas que convenían a ciertos tipos de democracia...
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jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Cómo, educación de calidad? Señores, por favor, ¡sinceren las cosas!

Por Raúl Isaac Robles Chamorro. Estudiante pregrado Filosofía de la Universidad de Chile. Si mal no entiendo, todo el dilema que en este momento nos perturba, es por la necesidad de una mejor educación; pero, en el proceso de discusión, con la consiguiente imposición de intereses propios, aplicación de dogmas, visiones generales del problema que se basan en egocentrismos, privilegio de los compromisos emocionales; como digo, todo esto nubla, sustituye, ensucia el “objeto puro” del debate, que básicamente está constituido por el concepto de calidad, el cual pasa a las sombras, se muestra una sola cara, y de este modo, la educación se ve reemplaza por ilusiones, se la permuta por “fantasmas”, “quimeras”, quedando un concepto parcial  de lo que es real y concretamente , posibilitando así que la memoria nos engañe con respecto a nuestro compromiso verdadero con ella ( además, hace mucho que no estudiamos, hemos “olvidado” lo que es y parece que por eso creemos que la calidad de estudiante es inherente solo a una matrícula).     Si consideramos que la educación posee un privilegio por su importancia en la vida del individuo y en la vida de un país, entonces, para ser consecuentes, debemos darle un trato que esté a la altura de su envergadura. Por esto, para restablecer la importancia que merece “la madre de todas las luchas”, esta debe ser abordada desde una perspectiva que permita una discusión de una índole tal, que nos posibilite acometer la trascendental tarea de hacer un cambio, para mejor, en la educación. Esta discusión deben consistir (y eso se dice) en un análisis profundo, que conlleva escudriñar en lo más recóndito, llegar a los fundamentos, y si es necesario, derrumbar los supuestos carentes de sentido y justificación, para así reconstruir el “edificio” desde cero, con nuevos cimientos, que permitan ir ascendiendo piso a piso con mucho menos suspicacia que al inicio con respecto a la validez de nuestras visiones sobre el...
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martes, 15 de noviembre de 2011

La sociedad chilena del siglo XXI

Por Jose Patricio Chamorro Jara. Estudiante pregrado Lengua y literatura Hispánica de la Universidad de Chile. Para nadie es novedad el plantearse el hecho concreto que vivimos en una sociedad de índole neoliberal, donde literalmente se alude a una nueva liberación, pero la pregunta que cabe realizarse es en qué consiste ésta. Frente a aquella interrogante, la respuesta es múltiple, desglosándose en el ámbito político (someramente esbozado), económico sobretodo, pues principalmente se centra en el libre cambio y tránsito de bienes y servicios, tanto a nivel país, como internacional. No obstante, aquello trae aparejado una serie de consecuencias, tales como una continúa privatización, un consumo incitado y provocado, que influye directamente en el factor social, entre muchos otros. Pero personalmente considero más transversal analizar este último, ya que es la sociedad la que se ve más afectada por este modelo.             La sociedad, aquella comunidad de personas que posee raíces culturales, étnicas y territoriales en común, pero ¿ésta es sólo el conjunto de ellas o en este caso singular, el todo es más que la mera suma de las partes? En efecto, lo es, ya que si bien está constituida por individuos particulares y realidades diversas que en teoría, viven armónicamente, sin discriminación, de un modo pacífico y sin coartar la libertad del otro, fundamentos todos los cuales, sabemos que se encuentran diametralmente opuestos a la realidad de nuestro país; no se gesta de manera aislada, pues como sistema, posee el rasgo intrínseco de unidad de sus partes, donde si uno de sus elementos presenta un desperfecto, desencadenando una especie de efecto dominó, hará que todos los demás, ya sea directa o indirectamente se tambaleen como mínimo o se desplomen, ocasionando, por consiguiente, un estancamiento en el sistema.             Es así, como se habrán percatado,...
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martes, 8 de noviembre de 2011

Respuesta a 'La democracia que necesitamos'

Por Francisco Díaz González. Estudiante pregrado Historia de la Universidad de Chile. EL ARTICULO ES UNA RÉPLICA A "LA DEMOCRACIA QUE NECESITAMOS" Suponer que la democracia representativa sea uno de los impedimentos para hacer posible la consideración de las demandas del movimiento estudiantil, sin tomar en cuenta las características particulares de la democracia chilena tal como hoy la conocemos, es una forma imprecisa e incompleta de intentar detectar el verdadero problema con el cargamos como comunidad política. Por eso el artículo de Lucas no logra a cabalidad lo que se propone, pues desconoce nuestras condiciones institucionales, o bien conociéndolas, las cree irrelevantes. La democracia chilena tiene tres particularidades que debieran ser consideradas antes de atacar su carácter representativo. La Constitución del 80’ se encargó de petrificar una democracia que no hace posible que sea la decisión de la mayoría la que prevalezca. Su imperfección, perversamente pensada, radica en la actual existencia de tres enclaves autoritarios: el sistema de elección binominal, los quórum contra mayoritarios para la aprobación de leyes y la existencia de un tribunal constitucional. El primero supone la incapacidad institucional de permitir la representación real y proporcional en el parlamento de todos los sectores políticos de la sociedad, y, en consecuencia, permite que la derecha obtenga los escaños necesarios para vetar, mediante el altísimo quórum de aprobación legal, la mayoría en el parlamento. Tal veto estaría luego reforzado por el tribunal constitucional, que compuesto por desconocidos abogados llamados a ser los guardianes de la Constitución, tienen la facultad de anular una ley aunque se hubiera aprobado por una (super)mayoría parlamentaria. En ningún país donde existan instituciones de este tipo se vuelve probable que las demandas del pueblo puedan ser debidamente articuladas y luego en forma de ley aprobadas por sus representantes en el parlamento. Nuestra democracia...
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Dos miradas acerca del movimiento estudiantil

Por Vicente Mellado. Estudiante pregrado Historia de la Universidad de Chile. EL TEXTO HACE ALUSIÓN A LA POLÉMICA ORIGINADA POR "LA DEMOCRACIA DE LOS DIRIGENTES" En esta columna queremos demostrar, que dicho intercambio epistolar corresponde a la exposición de dos miradas estratégicas distintas respecto al conflicto estudiantil.                 Se pueden desprender tres objetivos políticos (de los que consideramos más relevantes) de la columna de Nadine: primero, aislar a ese sector amplio del movimiento estudiantil, denominado peyorativamente como “ultra”, afirmando que constituye una minoría política prácticamente inexistente a nivel nacional y que a lo más su existencia se reduciría a la organización política Las Armas de la Critica; segundo, reafirmar la estrategia y alternativa planteada por las direcciones del CONFECh, como la vía correcta a seguir para enfrentar al gobierno y obtener nuestras demandas; y tercero, una crítica ofensiva de corte epistemológico y político a categorías de análisis marxistas, argumentando que son ineficientes y muestran una profunda distorsión de la realidad.                Estamos frente a una genuina defensa de la estrategia política del sector conservador (moderado) del movimiento estudiantil en lucha, cuyas argumentaciones integran un paquete que combina recursos epistemológicos, ideológicos, estratégicos, y políticos.                 Por esta razón, esta breve columna tiene por objetivo posicionar y mantener las banderas en alto de ese amplio (y contradictorio)  sector del movimiento estudiantil, que peyorativamente ha sido caracterizado por el gobierno pinochetista como “ultra”. Esperamos que esta nota agrade a los estudiantes de la facultad de Filosofía que se sienten...
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domingo, 6 de noviembre de 2011

Una opinión, de esas que se están hablando hasta en la micro.

Por Gabriela Arriagada Bruneau. Estudiante Pregrado Filosofia de la Universidad de Chile. Es una situación tan compleja opinar sobre situaciones que todos vivimos de manera diferente y que tienen tantas perspectivas que es imposible abarcarlas completamente sin caer en el círculo vicioso de las perspectivas de las perspectivas de las perspectivas… Sé que Derecho e Ingeniería están “compatibilizando” paro y movilizaciones con el cierre de semestre. Sé que parece una solución muy sensata para muchos (y me incluyo) pero muy insensata para tantos otros y con razones para serlo. Es complejo entender los dos extremos y el peor de todos los casos, el indeseado intermedio. Leo y leo opiniones, escucho otras cuantas y no sé por cual luchar, por cuál alzar la voz. Es claro que lo que se ha puesto en la mesa con este masivo y potente efecto que ha logrado el movimiento estudiantil, es no solo un “ideal” sino un cimiento de progreso para el país. Pero teniendo eso en cuenta es difícil escuchar comentarios como: “No podemos eliminar el lucro, es algo que existe y es parte de la sociedad” o “Es fácil pedir educación gratuita para todos y no estudiar y perjudicar a otros con los paros” pero es que creo que el asunto va más allá, el que yo diga: “Sí yo quiero aspirar a que el lucro sea fiscalizado, que no exista y suprima el bien superior que significa la educación y que si quiero que quizás, no yo o la siguiente generación pero las que están por venir tengan la oportunidad de elegir, de surgir, de levantar a este país con todos y para todos” Hay tantas divergencias rondando, muchos sentimos de inestabilidad y desorientación, preguntas como: ¿Qué pasa si no terminamos el año?, ¿Sigo en la universidad, me cambio?, ¿Vale la pena perder todo este tiempo?, ¿Se nos devolverá el dinero?, ¿Qué hago si no quiero perder mis becas?, ¿Cerraremos el semestre antes del 7 de octubre? etc, etc, etc. Y es que es una situación extremadamente compleja, claro que todo esto esta valiendo la pena,...
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El síndrome de Guerra Fría

Por Claudio Gutierrez Marfull. Pregrado de Filosofía  de la Universidad de Chile Por todas partes observamos lo que se puede catalogar de un “síndrome”, esta especie de secuela que se mantiene después de un momento tenso. Este es el “síndrome de guerra fría”, que hoy no sólo se hace notar con más fuerza, sino que se ha propagado como una especie de pandemia, alejando a todos del pensamiento crítico que debería caracterizarnos. Si ya nos aburren las personas que creen que hay que sacar a los militares a la calle y las que creen todo volverá a ser como en el 70, a esto le sumamos que el movimiento estudiantil está más político que siempre. Una vez más aparecen personas que creen que politizar lo que es justo es lo correcto. Nadie es dueño de la igualdad, ni personas de izquierda ni personas de derecha. Toda petición de igualdad debería ser fuera de algún abanderamiento político, y más aún, ni siquiera debería cuestionarse. Hace unos días surgieron dudas acerca de cerrar o no el primer semestre. Inmediatamente los que estaban en contra tildaron a los que estaban a favor de “inconscientes sociales” y “amarillos”. Pero ¿a qué se refiere esto? ¿Acaso uno tiene que militar en el partido comunista para ser socialmente comprometido, o debe militar en la UDI para ser un “capitalista vende patria”? Esta es la muestra indeleble de que se perdió la capacidad crítica en los asuntos sociales. No es necesario abanderarse para estar comprometido. Desgraciadamente aun hay personas que creen que si no mantienes la úlcera de preocupación que has creado en los últimos meses, dejarás de estar al tanto. Quizás poco se entienda al respecto. Aún hay personas que increíblemente creen que no todos tienen que estudiar con la misma calidad en este país, que igualdad significa que los ricos le paguen la educación a los pobres, que el movimiento estudiantil lo hacen flojos que no quieren volver a clases, que quieren todo gratis y que sólo les gusta romper la Alameda; que prácticamente...
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