El Blog de la CEFH

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domingo, 6 de noviembre de 2011

Una opinión, de esas que se están hablando hasta en la micro.

Por Gabriela Arriagada Bruneau.
Estudiante Pregrado Filosofia
de la Universidad de Chile.

Es una situación tan compleja opinar sobre situaciones que todos vivimos de manera diferente y que tienen tantas perspectivas que es imposible abarcarlas completamente sin caer en el círculo vicioso de las perspectivas de las perspectivas de las perspectivas…

Sé que Derecho e Ingeniería están “compatibilizando” paro y movilizaciones con el cierre de semestre. Sé que parece una solución muy sensata para muchos (y me incluyo) pero muy insensata para tantos otros y con razones para serlo. Es complejo entender los dos extremos y el peor de todos los casos, el indeseado intermedio.

Leo y leo opiniones, escucho otras cuantas y no sé por cual luchar, por cuál alzar la voz. Es claro que lo que se ha puesto en la mesa con este masivo y potente efecto que ha logrado el movimiento estudiantil, es no solo un “ideal” sino un cimiento de progreso para el país. Pero teniendo eso en cuenta es difícil escuchar comentarios como: “No podemos eliminar el lucro, es algo que existe y es parte de la sociedad” o “Es fácil pedir educación gratuita para todos y no estudiar y perjudicar a otros con los paros” pero es que creo que el asunto va más allá, el que yo diga: “Sí yo quiero aspirar a que el lucro sea fiscalizado, que no exista y suprima el bien superior que significa la educación y que si quiero que quizás, no yo o la siguiente generación pero las que están por venir tengan la oportunidad de elegir, de surgir, de levantar a este país con todos y para todos”

Hay tantas divergencias rondando, muchos sentimos de inestabilidad y desorientación, preguntas como: ¿Qué pasa si no terminamos el año?, ¿Sigo en la universidad, me cambio?, ¿Vale la pena perder todo este tiempo?, ¿Se nos devolverá el dinero?, ¿Qué hago si no quiero perder mis becas?, ¿Cerraremos el semestre antes del 7 de octubre? etc, etc, etc. Y es que es una situación extremadamente compleja, claro que todo esto esta valiendo la pena, pero se quieren mantener garantías, que no se nos ponga un tapón en la boca y que no nos pasen a llevar como muchas veces antes, pero ¿es posible llegar a un intermedio?

Qué difícil es comentar este contingente tema con gente que está de un lado u el otro, cómo se podrá alguna vez llegar a transacciones si todos cierran sus oídos y dan rienda suelta a sus bocas incluso sin saber ya que están hablando. Qué fácil es menospreciar la labor de personas que trabajan día y noche por la causa, entender que estar en toma es más que una instancia de rebeldía y que si bien es mal entendida muchas veces, expresa mucho más que ciertas opiniones o más bien comentarios completamente desorientados provenientes de aquellos “representantes” de nuestra democracia, gracias a los cuales tantas veces me pregunto… quién asesora a estos tipos ¡Es que hablan tanta inconsecuencia!

En fin, muchos concordaremos en que es necesario no dejar de luchar hasta la recta final, que la causa es más que justa y más que necesaria, pero sería bueno considerar esas preguntas de tantos otros que a pesar de apoyar con firmeza lo que sucede temen por lo que sucederá con ellos, no hay respuestas claras, no hay planteamientos seguros y eso causa conmoción e inestabilidad, es difícil llegar a acuerdos pero que bueno sería llegar a acuerdos dentro de nuestra misma institución, ser claros y directos .
Y es que aunque muchos quieran llegar a soluciones, son más que a veces los que están “arriba” los que actúan sin mirar hacia abajo.

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